Albacete es una ciudad que sorprende por la amplitud y calidad de sus zonas verdes. Entre sus calles se despliegan espacios pensados para pasear, relajarse y conectar con la naturaleza sin salir del entorno urbano. Tres de ellos son auténticos imprescindibles para descubrir el Albacete más vivo y natural.
Si Albacete es el “Nueva York de la Mancha”, como la definió Azorín, entonces el Parque Abelardo Sánchez es su particular Central Park. Con 120.000 metros cuadrados de arboleda, es el parque urbano más grande de Castilla-La Mancha y el pulmón verde de la ciudad. Inaugurado a principios del siglo XX, es también el más querido por los albaceteños. Sus senderos sombreados, áreas infantiles, esculturas y el Museo de Albacete lo convierten en un lugar ideal para pasear, leer, hacer deporte o simplemente descansar.
Al sur de la ciudad, el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha ofrece una experiencia distinta y enriquecedora. Con miles de especies vegetales autóctonas y exóticas, propone un recorrido entre hábitats, invernaderos y espacios educativos. Perfecto para quienes buscan aprender y disfrutar de la biodiversidad en un entorno cuidado y accesible.
El tercero de estos grandes espacios es el Parque Lineal, que recorre Albacete a lo largo del antiguo trazado ferroviario. Hoy convertido en un largo paseo urbano lleno de fuentes, jardines y zonas de descanso, es ideal para caminar, ir en bicicleta o disfrutar en familia.
Estos parques no son solo paisaje, son parte de la identidad de la ciudad. Lugares que reflejan el ritmo amable de Albacete y su forma tranquila de vivir.
Ven a pasear por sus parques.
En Albacete, la naturaleza también es patrimonio.
