Pocas ciudades en el mundo pueden presumir de tener un espacio permanente y exclusivo para celebrar su feria. Albacete sí. Y es que el Recinto Ferial es mucho más que un lugar de encuentro: es símbolo, tradición y orgullo de toda una ciudad.
La Feria de Albacete, declarada de Interés Turístico Internacional, se celebra cada año del 7 al 17 de septiembre en honor a la Virgen de Los Llanos, su patrona. Sus orígenes se remontan a 1710, cuando Carlos V concedió el privilegio de celebrar una feria ganadera, que con los siglos ha evolucionado hasta convertirse en una de las fiestas más importantes de España.
El corazón de esta celebración es el Recinto Ferial, una macroedificación singular, formada por varios anillos concéntricos que acogen casetas, puestos, exposiciones y actividades festivas. Conocido popularmente como “La Sartén” por su forma, es único en España por estar destinado a la celebración de su Feria. Su estructura de arquitectura civil, sus portones monumentales y su atmósfera alegre lo convierten en una visita imprescindible, incluso fuera de las fechas festivas. El acceso principal se realiza a través de la Puerta de Hierros, una majestuosa entrada que da paso al recinto ferial con aire monumental y festivo.
En el centro del recinto se alza el Templete de la Feria, construido en 1912 con estilo modernista. Sustituyó a un antiguo templete de madera y a una balsa para el ganado. Hoy es uno de los símbolos más reconocibles del Recinto Ferial y punto de encuentro habitual para locales y visitantes.
Muy cerca, la Plaza de Toros de Albacete, “La Chata”, destaca como una de las más prestigiosas de España. Su diseño inspiró la construcción de la actual plaza de toros de Madrid.
En Albacete, la feria nunca termina. Solo espera a que vuelvas.